Aunque la innovación está de moda, no es un dogma de fe. Convertir el concepto en una práctica de negocio es una tarea ardua, compleja y sin éxito asegurado.
Consideramos que la innovación en los servicios tiene un importante componente cultural. No solo se deben aceptar los cambios en la organización, sino también promoverlos a pesar de los riesgos implícitos. Además, gran parte de su éxito reside en diseñar el servicio basado en la experiencia de cliente y no desde el punto de vista de la compañía. Es fundamental, ponernos en sus zapatos y conseguir una sensación de co-propiedad del servicio.
En nuestro caso, el tener una orientación total a cliente y nacer con el nombre de Valor Añadido. Nos ayuda a tenerlo embebido culturalmente y esta presente en nuestro día a día.
” Nuestra experiencia en la innovación orientada a la creación de valor al servicio, es que no es solo un recurso, es una actitud que toda organización debería tener presente al diseñar la experiencia de sus clientes. Tampoco es una solución milagrosa, ni un proceso aislado a aplicar en algunas áreas de la compañía. Es más sencillo y natural, nace como factor clave en el hallazgo de nuevas oportunidades de añadir valor al vínculo entre cliente y proveedor-partner”.